lunes, 27 de junio de 2022

Pensamientos nocturnos

 


Una mañana cualquiera te das cuenta que en tu vida falta algo, simple y llano, miras alrededor y huyes de todo aquello que te produce pavor, sin pensar, sin hablar, solo mirando tu alma llegas a la profundidad de la noche que te envuelve.

Una vez allí solo te queda esperar, caminas entre ponzoña y estupor, tu alma quiere volar hacia el cielo azul, tú solo quieres volver a la oscuridad.

Orfandad lo llaman, sentimiento de soledad en el alma, donde los ojos no ven, solo buscan algo, inalcanzable, imposible, sin piedad, devastador, incansable, día a día igual, melancolía, pena, rabia. Día tras día, intentas levantar la mirada para ver las nubes que cubren el cielo azul para ver si hay una señal de no soledad, nada.

Cada vez más cansada, cada vez más dolida, cada vez más desterrada.

Cuesta tanto levantarse en la mañana y hacer que todo va bien, tu sonrisa hipócrita, tus andares malditos, tu espejo con un reflejo de desamparo, sigues viéndote ahí, esa de enfrente eres tú, o eres la que antes estaba con una sonrisa, ya ni eso, solo quieres rodearte de gente que te aprecia que sin ningún motivo te abraza y te contagia su sonrisa.

He perdido tanto en el camino que ya no sé ni quién soy ahora, mi reflejo no me da la verdad, me vigila y engaña como un asesino en la oscuridad.

Lloro de impotencia, esperando algo que quizá nunca llegará.

Aquí sigo, caminando hacia las baldosas amarillas.