miércoles, 20 de abril de 2022

Persiguiendo a la música

 

    Escuchando Pachelbel, el tiempo retrocede a un instante ya olvidado de la vida. Una maraña de intermedios, espaciados como estrellas en el firmamento.

    Ahí estamos, pendiendo de un hilo que aún siendo invisible, lo cortamos como guadañas en la noche que nos protege de todo mal, donde todo desaparece y se olvida, con pensamientos escasos sobre la vida, instigan a sobrellevar la vida oscura, vacía, sin sentido, solo la claridad de la música, resurgirá en los tiempos venideros, quizás ocultando todo aquello que mis dedos no pueden escribir, aunque mi mente lo vaya repitiendo continuamente, siempre pensé que era una cobarde, pero esa palabra dejó de existir en mi lenguaje hace tanto tiempo, como oscuridad lleva la noche estrellada que miras para soñar y disfrutar del infinito en ella.

    Seguimos hacia delante, nos hemos caído pero los hilos invisibles de las marionetas nos vuelven a poner en pie.

    Siempre mirando el camino de baldosas amarillas, siempre dejando atrás todo lo demás.






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